Un estudio asegura que reduce los síntomas físicos y psicológicos que suelen experimentar estas mujeres. Los investigadores compararon a 155 supervivientes de cáncer de mama que se sometieron a este programa de seis semanas.
REDACCIÓN Sábado, 04 de junio de 2016 El ‘mindfulness’ o ‘atención plena’ puede ayudar a reducir los síntomas físicos y psicológicos, como el miedo y la fatiga, que las supervivientes a un cáncer de mama suelen experimentar, según ha mostrado una investigación liderada por el investigador del Colegio de Enfermería en Tampa (Estados Unidos), Cecile A. Lengacher.
«A pesar de que todos los pacientes no sufren de la misma manera estos síntomas, las investigaciones muestran que por el tratamiento contra el cáncer y sus efectos a largo plazo, las enfermas suelen experimentar depresión, ansiedad, trastornos de sueño, así como dolores y fatiga», ha explicado el autor, cuyo trabajo ha sido publicado en el ‘Journal of Clinical Oncology’.
Para alcanzar estos resultados, los científicos probaron los efectos que tenía un programa de conciencia plena de reducción del estrés (conocido también como MBSR), una terapia desarrollada por la Universidad de Massachusetts para ayudar a los enfermos con cáncer avanzado o sida a superar el dolor. En los últimos años, el programa se ha ido adaptado y sirve para tratar a otras personas para aliviar el dolor y estrés.
Sin diferencias en la disminución del estrés
En concreto, los investigadores compararon a 155 supervivientes de cáncer de mama que se sometieron a este programa de seis semanas de duración, con 167 que recibieron la atención habitual. El primer grupo asistió a sesiones de dos horas a la semana realizadas por un psicólogo clínico, realizó diferentes técnicas de meditación y aprendieron a aplicarlas en su vida diaria.
Tanto al primer grupo como al segundo, los científicos analizaron, antes y después del estudio, los síntomas de depresión, ansiedad, miedo a la recurrencia del cáncer, estrés, fatiga, dolor y calidad de vida. De esta forma, comprobaron que las mujeres que habían realizado el programa MBSR experimentaron una mayor reducción de sus síntomas físicos y psicológicos, en comparación con las del grupo control, si bien no hubo diferentes en las puntuaciones de depresión y dolor.