CHICAGO, USA. ¿Diagnóstico de cáncer de pulmón a partir de una prueba simple de sangre?
Hace dos años, esto era una «quimera» pero «en la actualidad, de hecho contamos con datos que demuestran que esto realmente es factible para identificar en la sangre cáncer en etapa temprana «, dice el investigador principal, Dr. Geoffrey R. Oxnard, profesor asociado de medicina en el Dana-Farber Cancer Institute y la Harvard Medical School in Boston, Massachusetts, Estados Unidos.
«Tardará algún tiempo, pero está muy avanzado», dijo en una rueda de prensa en el Congreso Anual de la Society of Clinical Oncology (ASCO) de 2018.[1]
Presentó un análisis provisional de un estudio en que se comparó la eficacia de tres ensayos para medir ADN extracelular en más de 1.000 individuos, incluidos 150 pacientes con cáncer de pulmón.
Tras el control de posibles factores de confusión por el ADN vertido por los leucocitos, el estudio reveló que independientemente del ensayo utilizado, se podía detectar aproximadamente 50% de los casos de cáncer de pulmón incipiente, aumentando a 90% en casos avanzados.
Al comentar sobre los nuevos resultados, el Dr. David Graham, experto de la ASCO, del Carolinas Medical Center, en Charlotte, Estados Unidos, dijo que esta es «una nueva metodología muy interesante» y es «un primer paso importante hacia una forma más fácil de detectar cáncer de pulmón en etapas más tempranas y, cabe esperar, más curable.
«Si se mantiene la promesa de este estudio, fácilmente podría llegar el día en que a una persona se le pueda detectar cáncer de pulmón posiblemente con solo ir al consultorio de su médico habitual a que le retiren una muestra de sangre», añadió.
Tal prueba podría mejorar la detección de cáncer de pulmón que (pese a la disponibilidad de la tomografía computarizada en dosis baja ya desde hace algunos años) sigue siendo muy baja en comparación con las tasas de cribado para otros tipos de cáncer. Como se reportó en Medscape Noticias Médicas, los datos presentados en el Congreso Anual de la ASCO este año mostraron que en el 2016, menos de 2% de los 7 millones de individuos elegibles para cribado de cáncer de pulmón en Estados Unidos se sometieron a detección sistemática mediante tomografía computarizada en dosis baja.
Una de las presentaciones más importantes en el congreso
En la rueda de prensa, el Dr. Oxnard dijo que este primer análisis provisional del estudio «demuestra que la secuenciación exhaustiva de ADN extracelular en el plasma puede generar datos de gran calidad de todo el genoma y que permite la detección de cáncer no invasiva».
Señalando que los ensayos «pueden detectar cáncer de pulmón en diferentes etapas, con diferentes características histopatológicas y en diversas poblaciones», añadió: «Estos resultados respaldan la promesa de utilizar ensayos a base de ADN extracelular para desarrollar una prueba de detección de cáncer temprano de gran especificidad».
El Dr. Oxnar dijo que estudios que se están realizando, como STRIVE y el que ahora se presenta, permitirán la «optimización adicional y el enfoque de este análisis hacia un diagnóstico final de cáncer».
El Dr. Hossein Borghaei, jefe de la División de Oncología Médica Torácica, en el Fox Chase Cancer Center, en Filadelfia, Estados Unidos, dijo a Medscape Noticias Médicas que una prueba sanguínea para el cáncer de pulmón temprano sería «bienvenida» desde un punto de vista clínico.
Aunque considera que el estudio fue «bien realizado», puntualizó que el número de pacientes con cáncer de pulmón incluidos fue «un poco bajo», lo que subraya la necesidad de estudios confirmadores.
Por otra parte, el Dr. Borghaei dijo que al pensar en aplicar una prueba basada en un análisis de ADN extracelular para la población más general, «ha de tomarse en cuenta la accesibilidad a la prueba y su costo».
«Si es demasiado costosa, queda fuera del alcance de muchos pacientes. Sin embargo, si verdaderamente se demuestra que es eficaz en estudios más extensos, puede avanzar».
Otros posibles problemas resaltados por el Dr. Borghaei fueron la falta de sensibilidad de la prueba para cáncer de pulmón en etapa temprana, lo que significa que «todavía queda bastante por hacer» para mejorar las tasas de detección, y que los algoritmos en que se basan los cálculos «no son triviales» y solo pueden realizarse en centros muy especializados.
No obstante, considera que es un «paso importante realmente positivo y es una de los temas más importantes que se presentan en el congreso de la ASCO por lo que respecta al cribado y la detección temprana».
Detalles del estudio
En su estudio, el Dr. Oxnard y sus colaboradores investigaron si las pruebas a base de ADN extracelular, que ya se han utilizado para identificar mutaciones específicas en la genotipificación del cáncer, pudieran utilizarse más ampliamente para la detección de cáncer mediante la identificación de una firma de mutaciones.
Establecieron el estudio CCGA (Circulating Cell-free Genome Atlas), que hasta ahora ha reclutado a 12.292 de los 15.000 individuos proyectados en 142 centros de Estados Unidos y Canadá, de los cuales, 70% tienen cáncer no tratado y 30% son controles sin cáncer.
A partir de estos, el equipo de investigadores seleccionó a 2.800 individuos, divididos en un grupo de perfeccionamiento de 1.785 individuos (127 con cáncer de pulmón) y un grupo para la prueba de 1.015 participantes (47 con cáncer de pulmón), quedando 12.200 para estudios de validación futuros.
Luego seleccionaron a 118 pacientes evaluables y utilizables con cáncer de pulmón y 561 controles sin cáncer del grupo de perfeccionamiento y 46 pacientes con cáncer de pulmón y 362 controles sin cáncer del grupo para la prueba.
Los dos grupos tenían características iniciales similares, aunque, como era de esperar, los pacientes con cáncer de pulmón tenían más probabilidades de ser fumadores que los controles sin cáncer.
Los investigadores utilizaron luego tres diferentes tipos de ensayos de secuenciación de ADN extracelular:
Un análisis dirigido para detectar mutaciones somáticas no heredadas, incluyendo variantes de un solo nucleótido y pequeñas inserciones o deleciones;
Secuenciación genómica para detectar cambios en el número de copias de genes somáticos; y
Secuenciación genómica del ADN extracelular modificado con bisulfito para detectar patrones de metilación anormal que indicaran cambios epigenéticos.
Crucialmente, en los análisis se utilizó filtración de ADN de leucocitos para reducir la tasa de resultados positivos falsos a un 2%, lo que dio una especificidad de 98%.
El Dr. Oxnard explicó: «Los leucocitos son ricos en mutaciones que pudieran contaminar el ADN y hacer pensar que hay un cáncer presente en el ADN extracelular, pero que en realidad es vertido por los leucocitos».
«Se identifica esta interferencia por los leucocitos y otras interferencias biológicas, y quedan las particularidades finales ―mutaciones, variaciones en el número de copias y firmas de metilación― que luego pasan a los ensayos finales que se están estudiando».
Los resultados demostraron que independientemente del análisis utilizado, en el grupo de perfeccionamiento se detectó un promedio de 41% (29% a 54%) de los cánceres de pulmón en etapa temprana, definidos como etapas I a IIIA.
En el grupo para la prueba, se detectó un 50% (29% a 71%) de los cánceres de pulmón en etapa temprana.
En el caso de los cánceres de pulmón avanzados, definidos como etapas IIB a IV, la eficacia de los ensayos fue mejor, detectándose un promedio de 89% (77% a 96%) de los casos en el grupo de perfeccionamiento y 91% (71% a 99%) de los casos en el grupo para la prueba.
A pesar del entusiasmo por la idea de una biopsia líquida para la detección de cáncer temprano, puede tardar todavía algunos años antes que estas pruebas estén disponibles para uso en la práctica clínica. En un artículo especial de la ASCO reciente se concluyó que, en la actualidad, «no hay evidencia de utilidad clínica y escasa evidencia de validación clínica de los ensayos de ADN tumoral circulante de cáncer en etapa temprana, monitorización del tratamiento o detección de enfermedad residual».
Si bien reconoció que el «ritmo acelerado de la investigación» precisará una reevaluación de esta postura, añade: «No hay evidencia de validez clínica y utilidad clínica que indique que los ensayos de ctADN sean útiles para el cribado de cáncer, a no ser en un estudio clínico».
El estudio fue financiado por GRAI, Inc. Geoffrey R. Oxnard declaró funciones de consultoría o asesoría para AstraZeneca, Inivata, Boehringer Ingelheim, Takeda, Genentech/Roche, Novartis, LOXO, Ignytia, DropWorks, y GRAIL; patentes, regalías y otra propiedad intelectual con Chugai Pharma, Bio-Rad, Syssmex y Guardant Health. Tara Maddala declaró empleo con GRAIL y acciones y otras participaciones de acciones con GRAIL. Otros autores enumeran múltiples posibles conflictos de interés. Graham refiere prestar sus servicios en la oficina de conferencistas de Biopep Solution.
Fuente: https://espanol.medscape.com