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Mejorar algunos hábitos, como la alimentación y la actividad física, podría ser mejor de lo que se pensaba, para evitar el cáncer de colon y recto, según un estudio realizado por el grupo de investigación en Cáncer Colorrectal del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), dirigido por el Dr. Víctor Moreno, y vinculado al Instituto Catalán de Oncología (ICO), la Universidad de Barcelona (UB) y el Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública (CIBEResp).[1]

Investigadores del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge ( Izq. a der.) Dra. Gemma Ibáñez, Dr. Victor Moreno, Anna Díez, Elisabet Guinó y Henar Alonso.
Los científicos desarrollaron el primer modelo de predicción del riesgo de cáncer colorrectal, apoyado en datos de población española, que combina los factores de riesgo modificables con antecedentes familiares de cáncer colorrectal y una puntuación de riesgo genético basada en 21 polimorfismos de un solo nucleótido (SNP) de susceptibilidad.

El trabajo, publicado en Scientific Reports, destaca la importancia de mejorar los hábitos para reducir las probabilidades de desarrollar tumores de colon y recto, y propone utilizar esta información para estratificar a la población general con el objetivo de afinar los criterios de inclusión en los programas de cribado.

Los investigadores consideran que si se modifican las conductas de riesgo (por ejemplo, mantener un peso saludable), se pueden compensar hasta 4 alelos de riesgo de predisposición genética. «Esto es importante, ya que el estilo de vida, a diferencia de los rasgos genéticos, es modificable, mientras que la susceptibilidad genética la heredamos de nuestros padres», comenta la Dra. Gemma Ibáñez, digestóloga y primera autora del estudio. «De hecho, los ítems que hemos identificado como marcadores de riesgo se correlacionan con las recomendaciones establecidas por el código europeo contra el cáncer,[2] para reducir el riesgo de padecer la enfermedad, publicado el año anterior».

Un algoritmo de riesgo

Un modelo de riesgo es un instrumento matemático que permite hacer una predicción sobre quién tiene más posibilidades de padecer determinada enfermedad, en este caso, cáncer de colon, explica el Dr. Moreno, jefe del Programa de Prevención y Control del Cáncer del ICO.
Para desarrollar el algoritmo se utilizaron datos del estudio multicéntrico español MCC-Spain, realizado de forma colectiva por investigadores del CIBEResp, que contó con 10.106 participantes de entre 20 y 85 años, reclutados en 23 hospitales y centros de atención primaria de 12 provincias españolas. Todos contestaron una entrevistados para analizar los factores de riesgo conocidos y, en un subgrupo de 1336 casos de cáncer colorrectal y 2744 controles, se realizaron análisis sanguíneos para detectar la predisposición genética a desarrollar cáncer de colon y recto.

Los autores consideraron las variables relacionadas con el cáncer colorrectal, como antecedentes familiares, tabaquismo, consumo de alcohol, índice de masa corporal, consumo de carne roja y otros productos de origen animal, falta de actividad física, así como el uso de antiinflamatorios no esteroideos (AINE), entre otros.

Para desarrollar el modelo de riesgo se utilizó regresión logística ajustada por un puntaje de propensión para reducir el sesgo relacionado con las diferencias en las frecuencias de selección de casos y control.

El puntaje de propensión, añadido como una variable continua para ajustar los modelos de riesgo, se consideró como la predicción individual de una regresión logística en la cual se consideraron edad, género, nivel de educación, centro de reclutamiento, y los 3 primeros componentes principales de ascendencia genética obtenidos por genotipificación de datos. Es importante considerar que las interacciones entre edad y género, así como entre el centro y el género, también se incluyeron en el modelo.

Para evaluar la susceptibilidad genética, cada polimorfismo de un solo nucleótido se codificó como 0, 1 o 2 copias del alelo de riesgo, excepto para el SNP rs5934683 en el cromosoma X, que fue codificado 0, 0,5 y 1.

Los antecedentes familiares de cáncer colorrectal se asociaron fuertemente con el desarrollo de la enfermedad (OR ajustado: 2,27; IC 95%: 1,88 a 2,74). Se combinaron familiares de primer, segundo o tercer grado con estos tumores en el grupo de riesgo.

El trabajo evaluó la precisión predictiva de un modelo que podría ser útil para estratificar la población en categorías de riesgo y adaptar el cribado de cáncer colorrectal. Actualmente los programas de detección precoz de cáncer de colon en pacientes sin antecedentes familiares se basan solo en la edad. «Si se incluyera información referente a los estilos de vida y la genética, podríamos clasificar la población en grupos de mayor o menor riesgo, lo que permitiría hacer un seguimiento más personalizado «, comenta el Dr. Moreno, catedrático de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la UB.

Con base en estos resultados, el modelo es aplicable a individuos asintomáticos de la población general, mientras que los sujetos con síntomas o aquellos que tengan varios familiares afectados, deben ser referidos a una colonoscopia de rutina, independientemente de la puntuación de riesgo.

Limitaciones

En los últimos años se han desarrollado varios modelos de predicción de riesgo para neoplasia avanzada o cáncer colorrectal, con cifras del área bajo la curva ROC (AUROC) que oscilan entre 0,65 y 0,758. «Nuestra estimación de la exactitud predictiva, corregida por sobreevaluación mediante validación cruzada, es ligeramente menor (AUROC: 0,63; IC 95%: 0,60 a 0,66), pero nuestro modelo no pudo incluir la edad y el género, porque estos factores se utilizaron para igualar los controles». También es importante considerar que el riesgo estimado por alelo (OR: 1,07; IC 95%: 1,04 a 1,10) fue similar al de los estudios que incluyeron biomarcadores genéticos y variables fenotípicas (AUROC: 0,51-0,73).[3,4,5,6,7]

Igualmente, los investigadores añaden que: «Nuestro modelo se desarrolló en un contexto retrospectivo de control de casos, y se basó en datos de autonotificación. Por tanto, el error de medición y el sesgo de memoria pueden haber causado una subestimación de la precisión predictiva». Los casos y los controles no fueron adecuados en cuanto a edad, género y educación. «Sin embargo, realizamos todos los análisis ajustados para un puntaje de propensión para reducir el posible sesgo relacionado con este problema».

Actualmente el equipo de investigación está conduciendo un nuevo estudio llamado COLSCREEN, que pretende determinar cuál es la percepción social sobre el cribado genético. «No hay estudios que determinen la opinión de los pacientes sobre las pruebas genéticas, y si desean ser informados de sus probabilidades de presentar ciertas enfermedades, lo cual consideramos relevante», comenta la Dra. Ibáñez. Paralelamente, otro de los objetivos de la investigación consiste en la validación del sistema de puntuación de riesgo de padecer cáncer de colon que se aplicará de forma prospectiva en la población del Baix Llobregat, comarca de la provincia de Barcelona.

Fuente:espanol.medscape.com