15/3/16.- La Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE) ha recordado que la micropigmentación de areola y pezón en reconstrucciones mamarias post-mastectomía por cáncer de mama está cubierta por la Seguridad Social, pero su oferta no es uniforme dentro de nuestro país.
Se trata de una técnica incluida en la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud (SNS), pero que se realiza poco “por desinformación y por el déficit de unidades especializadas para practicarla”, explican desde la SECPRE. Por este motivo, la Sociedad pide “que se unifiquen los protocolos de actuación en cáncer de mama en todos los hospitales y comunidades autónomas”.
Así, las pacientes “deben ser informadas siempre de las opciones de reconstrucción mamaria, y esta intervención debe ser realizada exclusivamente por los Servicios de Cirugía Plástica y estos cuenten con unidades de Micropigmentación o puedan derivar, en caso contrario, a centros. En cuanto a la micropigmentación, podrá realizarse en las unidades que tengan este servicio o derivarse”.
El cáncer de mama es el que más afecta a las españolas, con unos 25.000 casos nuevos diagnosticados cada año. De ellos, la SECPRE estima que algo más del 64% acaban en una mastectomía (unos 16.000), pero sólo el 30%-40% de estas mujeres son operadas para la reconstrucción mamaria y, de ellas, únicamente a entre el 30% y el 40% se les practica la micropigmentación de areola y pezón.
Como explica la Dra. Ana Jiménez López, secretaria electa de la SECPRE y facultativo especialista del Servicio de Cirugía Plástica del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, uno de los que cuentan con Unidad de Micropigmentación en España, “con independencia de que la reconstrucción mamaria sea inmediata o diferida, y de que se realice con colgajos, prótesis o expansor, a esta intervención suele seguirle otra en la que, además de sustituirse el posible expansor usado en la primera por una prótesis, se realiza la simetrización de las mamas mediante procedimientos de elevación, reducción o aumento”.
“En la mayoría de los casos, en esta segunda intervención – continúa la doctora -, no se procede aún a la reconstrucción del pezón, ya que es conveniente que transcurra un tiempo para que las mamas caigan de forma natural y se estabilice el resultado. La pauta mayoritaria es dejar pasar unos tres meses antes de que el cirujano plástico reconstruya el pezón, utilizando colgajos de tejidos del pecho de la paciente y anestesia local, y, a partir de ahí, otros tres meses para proceder a la micropigmentación”.
La SECPRE considera que esta técnica han de aplicarla profesionales especializados en ella y que el lugar para hacerlo es un entorno sanitario, pues la zona a intervenir ha sido objeto de una cirugía previa. Además, el cirujano plástico deberá valorar si está aconsejada la micropigmentación en la paciente; para ello, como primer paso, se realiza una prueba que prevenga posibles alergias a los pigmentos usados para colorear la areola y el pezón.
La micropigmentación es la realización de un tatuaje que, a diferencia de los habituales, se hace a menor profundidad de la piel y usando una pomada anestésica. Los tonos empleados son marrones y rojizos para imitar el color de la otra areola o, en caso de haberse extirpado y reconstruido las dos mamas, buscar un resultado armónico con la piel de la paciente. Pasado un año desde la realización de la micropigmentación, es frecuente volver a citar a la paciente por el posible aclarado del dibujo y la necesidad de un retoque.