El 52º Congreso Nacional Separ ha puesto la primera piedra en el proceso de construcción de un programa nacional de cribado de cáncer de pulmón. El jueves 14 de junio se constituyó el Foro Autonómico de la sociedad científica y todas las sociedades autonómicas de Neumología del país. «Fue un gran inicio. Se acordó que se iba a redactar un documento a corto plazo, en unos tres meses, con las recomendaciones», exlica Luis M. Seijo Maceiras, miembro del Área de Oncología Torácica de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica.
Seijo explica que durante la reunión de este Foro se habló de propuestas concretas, como criterios de inclusión del cribado, los factores de riesgo, las comorbilidades, la selección de pacientes, la duración del programa y de cómo hacerlo. También de lo que supone la tarea de decidir quién aporta qué o hasta qué punto los neumólogos y cirujanos torácicos pueden hablar de la radiación, la dosis o las implicaciones de la radiación que supone el TAC de cribado y otras consideraciones, como tratamientos oncológicos.
«Pero nosotros nos vamos a ceñir a un documento con recomendaciones generales sobre lo que supone un programa de cribado, cómo se debería acreditar y cómo se debería hacer en la práctica clínica», aclara Seijo.
Criterios de inclusión
Por eso, el punto que más tiempo ocupó del foro fueron los citerios de inclusión. «Los de la sociedad científica americana incluyen a personas a partir de los 55 años y un hábito tabáquico acumulado de unos 30 paquete/años, que es el equivalente a una cajetilla al día durante tres décadas. No estamos del todo de acuerdo, pero es un punto de partida en torno a las sociedades científicas», explica.
¿Se plantean, entonces, incluir otros criterios? «En España hemos aportado mucho en cuestiones de comorbilidades. En el cáncer de pulmón no existe en un vacío, existe una persona con una edad y un hábito tabáquico concretos, pero también lo condiciona, por ejemplo, la presencia de efisema en el escáner y alteraciones de la función pulmonar. Muchos programas de cribado han sido realizados por radiólogos que no hacen pruebas de la función respiratoria, pero la Separ y nosotros, los neumólogos, insistimos mucho. Hemos demostrado que la presencia de efisema o EPOC influye mucho en el cáncer de pulmón», asegura.
Sobre poner la edad de partida a los 55 años, también reconoce que es «discutible». «Los programas de cribado en España utilizan criterios de más de 40 o 45 años, dependiendo del centro. Son criterios más liberales, porque hay que recordar que la mitad de los pacientes con cáncer de pulmón no tienen más de 55 años y fuman 30 paquetes al año. Así se deja a la mitad de los pacientes con cáncer de pulmón en la cuneta, literalmente. Por eso, creemos que eso hay matizarlo e incluso modificarlo. Habrá que consensuarlo», asegura.
El papel de la sociedad científica
Y en todo esto, para Seijo, la Separ «tendrá un papel de liderazgo». «Es nuestra misión, vemos cáncer de pulmón todos los días y se nos mueren pacientes todos los días. Somos los que diagnosticamos tal y como hoy lo vemos en las consultas, con un 40 por ciento de metástasis y casi dos terceras partes inoperables. Eso tiene que cambiar, no lo podemos hacer peor en este sentido, y hay estas oportunidades tanto en el tratamiento como en la detección precoz. Es un tren que hay que cogerlo», expone.
Y continúa: «Miembros de la Separ han sido líderes internacionales incluso en publicaciones muy importantes y con mucho impacto de cómo se debe hacer el cribado, así que no nos cabe duda que la Separ debe ser líder».
Pero los neumólogos no estarán solos. Seijo explica que deben trabajar con Radiología, porque el cribado implica a radiólogos que deben interpretar estudio. Recuerda que hay un documento que lideró Separ y al que se unieron la Sociedad de Radiólogos Española (Seram) y la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Incuso la Sociedad de Cirujanos Torácicos. «Fue un buen punto de partida de un documento que era unas reflexiones. Pero ahora queremos pasar de reflexiones a colaboraciones, y nos encantaría poder contar con estas sociedades que son instrumentales», afirma.
Una vez que tengan elaborado este documento con las recomendaciones, que podría demorarse más de un año, el miembro del Área de Oncología Torácica de la Separ explica que habría que ir con é a las Administraciones: «Exponerlo y que sea un punto de partida de diálogo y de implantación de cribado en España, porque nuestra ambición es a nivel nacional». La idea, señala el experto, es que en un par de años intenten convencer a los actores importantes de las Administraciones de que se implante.
Fuente: https://www.redaccionmedica.com